miércoles, 4 de noviembre de 2009

Historia introductoria del 31 de Octubre

Nemesio sombra A mediados de los años cuarenta, el bromista empleado de la imprenta local, tuvo la ocurrencia de imprimir una esquela con el nombre de Nemesio López Expósito, su vecino, sin que éste, naturalmente, se hubiera muerto, a modo de guasa o de venganza, nunca se supo. El caso es que la esquela con el nombre de Nemesio López Expósito, de 69 años de edad, descanse en paz, fue colocada en los lugares donde se colocaban habitualmente las esquelas verdaderas, las que anunciaban la muerte verdadera de muertos verdaderos. Y fue tomada por verdadera la muerte falsa de Nemesio López Expósito, que, dicho sea de paso era un tipo bastante oscuro, soltero, misántropo, de poco salir a la calle, de poco trato con la gente, en fin. Todos los vecinos del pueblo dieron por hecho que Nemesio López estaba muerto y enterrado. Así que cuando nuestro hombre puso los pies en la calle una de aquellas noches de noviembre, con su cansino caminar y con su careto ajado de soledad, los que lo vieron aparecer por los callejones creyeron que se trataba de un fantasma. Gritos de pánico dieron algunos y otros echaron a correr aterrados por la aparición del supuesto difunto. Así, pronto se corrió la voz de que Nemesio López Expósito se presentaba y ya juraban que flotaba, que su calavera resplandecía o se inventaban mensajes más o menos apocalípticos con voz de ultratumba. A Nemesio López Expósito, al principio le extrañaba aquel pavor que producía su presencia en las personas con las que se cruzaba, pero luego escuchó a alguien contar lo de su muerte en un corrillo y lo comprendió. Tan hosco como era, le pareció hasta bien y le fue pillando el gusto al tema, al ver que dejaron de molestarle los acreedores, que ya no recibía las fastidiosas cartas del juzgado, o que podía colarse en las alacenas de las casas y zamparse lo que pillara por delante. Así que siguió cómodamente asentado en su ficticia muerte durante mucho tiempo. Salía de noche, producía el espanto de algún incauto y volvía a su casa, tan ricamente. Fueron pasando los años y hasta las décadas y Nemesio López Expósito, hoy en día sigue apareciéndose por las calles de Ubeda. Puedo dar fe de ello, porque lo he visto. No me pregunten cómo es posible, porque echando cuentas, si aquello pasó a mediados de los cuarenta, ahora debería de tener más de 130 años de edad. Ya sé que es muy raro, pero puedo jurar que lo he visto y que Nemesio López Expósito sigue vivo. …O tal vez no.
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Luis Foronda

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