domingo, 21 de febrero de 2010

En el centro del ciberespacio.

Paco Rúter navegaba por los mares aburridos de la red cuando se desplegó una ventanita en la esquina inferior derecha de la pantalla de su ordenador. “Has recibido un nuevo mensaje de correo electrónico de Carolina”. Carolina era una compañera de trabajo, una chica estupenda desde luego, a la que Paco Rúter había elevado a la condición de única protagonista de sus ensoñaciones más eróticas. Pinchó y abrió el correo. Decía solamente: “Te quiero”. Paco Rúter, alborozado, con el ratón dándole brincos, respondió enseguida. Escribió un correo con una concisa respuesta: “Yo también”. Y casi en el mismo momento en que le dio a enviar, apareció otra ventanita en la esquina inferior derecha. “Has recibido un nuevo mensaje de correo electrónico de Carolina” Paco Rúter lo abrió, decía: “Perdona, pinché por error tu nombre en la carpeta de contactos. El anterior mensaje iba dirigido a otra persona.” Y como Paco Rúter ya había enviado su correo, quiso deshacer el desaguisado y escribió otro inmediatamente que decía: “Perdona, yo también pinché por error tu nombre en mi carpeta de contactos. Mi respuesta iba dirigida a otra persona.” La bandejas de entrada y de salida se estremecieron entonces, y se mantuvieron a la expectativa, vibrantes y ansiosas por mandar y recibir. Más tarde, después de unos minutos de tensión, en el centro del ciberespacio, se cruzaron dos correos idénticos que preguntaban: “¿A quién?” ..................... No hubo respuestas. Paco Rúter esa noche soñó de nuevo con ella y ella, esa noche, no paró de enviar mensajes. ____________________ Luis Foronda. _______________________________ Dibujo de Nono Granero.

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