Todos los sábados de 1 a 2 de la tarde en RADIO ÚBEDA - CADENA SER (En el 101.5 de FM ó en www.radioubeda.net) Dirigido y presentado por Luis Foronda.
lunes, 30 de noviembre de 2009
Proud Mary
El sustituto
martes, 24 de noviembre de 2009
El actor. Poema de Benítez Reyes. Homenaje a José Luis López Vázquez

sábado, 21 de noviembre de 2009
Fumando espero.
La otra mano del dibujante
sábado, 14 de noviembre de 2009
El infinito
Don José, maestro de matemáticas, intentaba cada día abrir nuestras cabezotas infantiles con conceptos numéricos de incomprensible belleza. Por eso, cuando Paquito Robles, levantó la mano y le preguntó: “Maestro, ¿Qué es el infinito?”, el bueno de don José se quedó un instante con la mirada perdida, cogió luego una tiza y apoyó su punta en un extremo de la pizarra. Contestó: “Mirad, el infinito es esto”. Y empezó a trazar una línea recta, por todo el encerado. Cuando llegó al otro extremo de la pizarra siguió trazando la línea blanca por la pared de la clase y cuando la completó, salió por la puerta sin despegar la tiza, a lo largo del pasillo, hasta alcanzar la calle. Y así, a través de la ventana, lo vimos perderse detrás de una esquina. A Paquito Robles, a mi mismo, nos hubiera gustado que don José, aunque lo queríamos mucho, no hubiera regresado nunca, porque eso le habría proporcionado un final fantástico a la historia. Sin embargo, al cabo de diez minutos, don José volvió a aparecer por la puerta de nuestra clase, profundamente abatido. Nos miró a todos y luego sentenció con un dejo de melancolía: “Niños, el infinito es mentira, el infinito termina justo cuando se acaba la tiza”. _________________________Luis Foronda .- Dibujo: Nono Granero.
Un niño con una caja
Me encanta ver a un niño con una caja llena de cosas. Da igual que sean juguetes, piezas de puzzle, o ropa usada en un cesto.
Vuelca el niño la caja de golpe, o saca los objetos lentamente. Primero un objeto, luego otro y luego otro más. Cuando todos están fuera, de uno en uno y en cualquier orden, se vuelven a meter adentro.
Después, vuelta a empezar. El mundo es siempre nuevo y cada aparición es celebrada con una sonrisa, con la búsqueda de una mirada cercana que apruebe lo que se hace, que comparta nuestro hallazgo. Ahora están las cosas, ahora no están. Meto la mano y saco un conejo, distinto cada vez, de la chistera.
Me hechiza ver a un niño con un arca llena de objetos. Da igual que sean trastos, fragmentos de puzzle, o ropa utilizada en un cesto.
Inclina el niño el cajón de golpe, obtiene las esencias espaciosamente. Inicialmente un centro, luego otro y luego otro más. Cuando todos están externamente, de uno en uno y en cualquier disposición, se tornan a introducir interiormente.
Más tarde, vuelta a principiar. El universo es eternamente reciente y cada aparición es alabada con un gesto, con la investigación de una ojeada colindante que abone lo que se hace, que colabore con nuestro descubrimiento. Hoy están los entes, hoy no están. Encajo la ayuda y saco un gazapo, diferente cada ciclo, de la galera.
Me fascina advertir a un rorro con un receptáculo colmado de cuerpos. Proporciona parejo que existan artefactos, fracciones de puzzle, o indumentaria esgrimida en un cesto.
Soslaya el vástago la gaveta súbitamente, logra las propiedades anchamente. Originariamente un foco, incontinenti nuevo y al puesto extraño acrecentamiento. Cuando indivisibles vegetan caramente, de uno en uno y en cualquiera habilidad, se llegan a empotrar íntimamente.
Aumento crepúsculo, rotación a emprender. El cosmos es perpetuamente flamante y el ciclo aparición es ensalzado con una mueca, con la indagación de un vistazo conurbano que fertilice lo que se crea, que auxilie con de nosotros develamiento. Actualmente constan los sujetos, de sol a sol no habitan. Ajusto el auxilio y extirpo un yerro, desigual cada período, de la carreta.
Yo pienso en este juego viendo hoy los dibujos de Juan Soriano, que es nuestro visitante desde la Balda del Arte de hoy.
Durante dos años seguidos dibuja a Lupe Marín. Termina de hacer un apunte, un estudio y, dependiendo de la urgencia, en el mismo papel o en otro distinto, vuelve a trazar las líneas que la convocan. Algunas veces sale más grande. Otras, más pequeña. En otras ocasiones se viste con colores para distraerse, para intentar atrapar con redes nuevas lo que parece escaparse entre los dedos como arena.
Para ojos extraños, pudiera parecer que el artista es una especie de Sísifo condenado a repetir fatigosamente en busca del detalle pequeño. Pero tranquilos: descubriendo el mundo, el artista es, en realidad, un niño con una caja.
Nono Granero
AMIGO ENIGMA. Los dibujos de Juan Soriano. Orlando GONZÁLEZ ESTEVA. Ave del Paraíso Ediciones. Madrid, 2000.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Espejos y macroscopios
Paseamos.
A nuestro alrededor, cientos de personas se afanan en las tareas de cada día. Unas son altas, otras son pequeñas; unas llevan ropa de trabajo, con polvo y con desgaste, mientras otras dejan rastros de perfume dulce mientras tintinean con el brillo de seda de sus ropas. Algunas sonríen, otras silban, otras manotean mientras gritan al móvil al caminar. Pero también las hay paradas, charlando un rato con alguien que tampoco tenía prisa. Unas van al sol, y otras a la sombra.
Todas iguales, todas diferentes, como decía la campaña aquélla. Y todas un enorme enigma. Hagamos la prueba:
Coloquemos un momento nuestra mano sobre la mesa. Está quieta. Mirémosla con atención. Si queremos, podemos mover un dedo pero, por ahora, no lo hacemos. Sigamos mirando y, en cualquier momento, a voluntad, levantemos el índice y volvamos a bajarlo. ¿No es extraño? ¿No es maravilloso?
Alguien vendrá a decirme que dónde está la sorpresa, si es algo que hacemos todos los días. Incluso podríamos explicarlo un poco, mencionando a las neuronas o a la velocidad del pensamiento... Yo veo carne que se mueve. Y esa carne y ese hueso, sin que pueda comprenderlo del todo, algunas veces se mueve, y otras no. Pensemos un momento en eso al repetir el movimiento del dedo.
Algo de este extrañamiento ante lo cotidiano hay en la obra que Emilio Maldomado. Y por eso me gusta tanto ver a artistas que continúan indagando acerca de la figura humana, interrogándola una y otra vez sobre lo que uno intuye que no va a acabar de entender nunca.
Frente a ese misterio enorme de lo que somos, de lo que el mundo es, no queda a menudo más que hacer de espejo y dar fe, y constatar que las cosas son como son porque son. El pintor empleará para ello los medios que le son propios. Y si uno es Maldomado, insistirá, porque los espejos propios nunca son neutros, en un aspecto concreto de esa persona. Desfilarán así en su exposición personajes atrapados dramáticamente por su pasado, mientras otros se muestran lánguidamente activos, como tomando aire y empastándose para coger corporeidad, intentando vivir como si fueran un nuevo Golem.
Juega el artista a recrear, y le pasa lo que a Aulë: que , cuando abandona la tarea, ve que todo está muerto sin su voluntad, a pesar de tener cuerpo, masa, espacio, y todas las condiciones que uno creía que hacían falta para convocar la vida. Y no queda entonces otra opción que, incansable, volver a la carga. Poner pintura roja como sustituto de la sangre, poner materia gruesa como un ensalmo denso para levantar al muerto de entre las superficies lisas de su lienzo. Arañar como quien busca desesperado la superficie al otro lado de la tela, semejante a una sepultura oscura.
Habrá quien piense que lo que ofrece esta exposición son imágenes de angustia; quien encuentre algo desagradable, desasosegante o incómodo lo que la muestra ofrece. Pero estas pinturas, estos relieves y estos dibujos no son sino ese nuevo viejo intento de ampliación que ofrece el macroscopio de Maldomado, en busca del menudo mecanismo oculto que nos hace capaces de mover un dedo. Que nos hace, simplemente, estar vivos.
Nono Granero
Exposición de Emilio Maldomado. Diversos sin rima.
Del 8 de Octubre al 15 de Noviembre
en la Sala de Exposiciones Zabaleta. Campus Las Lagunillas, Jaén.
Sábado 7 de Noviembre
Lo que son las cosas: Deseando como estamos de quitarnos de encima la melancólica ceniza de los muertos y no paramos de escribir condolencias por personas del mundo cultural que nos dejan. Días tristes, sin duda. Para atemperar el frío de la pérdida, empezamos con una emocionante reflexión de Francisco Ayala, titulada “Mientras tu duermes” e incluida en su libro “El Jar
dín de las delicias”. Ayala, el último gran representante de la generación del 27, el humanista, narrador, novelista, alma libre y lúcida de las letras españolas del siglo XX, falleció en Madrid el pasado martes. Este fin de semana ha estado muy presente y le hemos rendido homenaje con la gratitud y con la orfandad del que se reconoce deudor absoluto de su obra. Junto a Francisco Ayala, hemos tenido ocasión de hablar de libros con José Carlos Moral, novedades editoriales, nuestra sección "pasen y lean" y una interesante entrevista con un inglés, profesor y escritor, que vive en Ubeda y que ha escrito un libro de viajes por la ciudad. Un paseo divertido, plagado de
anécdotas “Along the way”, (A lo largo del camino) con Jon Linsay Miles. Cerramos esta primera hora escuchando a Sabina. "Tiramisú de limón". Es el anticipo de su próximo disco. ----------------------------------------------------------------------------
s con Lester Burnham, interpretado por Kevin Spacey, despidiéndose de la vida, en la escena final de “American Beauty”, de Sam Mendes. Con Nono Granero nos acercamos a Jaén, en concreto a la Sala de Exposiciones del Campus de Las Lagunillas, a visitar la exposición "diversos sin rima" del artista linarense Emilio Maldomado, que estará abierta hasta el 15 de noviembre. (VER COMENTARIO EN EL BLOG). A continuación Nani Granero, nos contó la historia de un cráneo parlante y de las consecuencias que a veces acarrea "la palabra". Ernesto Vela rindió homenaje a dos cantaoras de raza: las hermanas Fernanda y Bernarda de Utrera. Eli Hortelano trajo de nuevo la obra de Francisco Ayala a su sección. Leyó un texto muy hermoso titulado "El pájaro azul". Emocionado recuerdo también el de Pepe Fuentes al grandísimo José Luis Lópe
z Vázquez, con comentarios de algunas de sus películas y fragmentos sonoros de "Atraco a las tres" y de "Plácido". La cantante Zahara, alma y musa del programa, lo despidió con la canción "Tú me llevas" incluida en su disco "La fabulosa historia de..." -------------------jueves, 5 de noviembre de 2009
RESUMEN PROGRAMA DEL 31 DE OCTUBRE Y 1 DE NOVIEMBRE
sus derivaciones. Al final, como siempre, muchas coindencias. Empezamos el programa con la historia introductoria titulada "Nemesio sombra" (un vivo aparentemente muerto o al revés), siguieron las novedades editoriales de José Carlos Moral y el avance de próximas presentaciones de libros. Luego nos fuimos de paseo por Ubeda junto a Andrea Pezzini, gerente de Artificis y con Alfredo Benavente, botánico, profesor y escritor. Alfredo nos enseñó la Ubeda verde, la ciudad con sus árboles y con sus arbustos. Todo ello puede leerse un su libro “El Arbolado en los espacios públicos de Ubeda”. La canción de la semana estuvo dedicada a la apertura de la fosa de Federico García Lorca en Alfácar y a la memoria de tantos huesos enterrados en las fosas comunes de la guerra, en las cunetas del fanatismo y de la intolerancia. ¿La canción? "Huesos" cantada por Pedro Guerra.
DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE
Nono Granero dedicó su sección "La balda del arte" al crítico de arte José Antonio Ramírez y a su libro "Marcel Duchamp: el amor y la muerte, incluso" (Ver comentario en el blog). Antonia Mulero nos contó la divertida y reconfortante historia de un muerto que finalmente resultó estar "muy vivo" (las coincidencias que decía al principio). Con Eli Hortelano nos fuimos directamente al cementerio. Nos encontramos allí a Doña Inés de Ulloa y a Don Juan Tenorio. (No hay quien pueda con nosotros). Ernesto Vela volvió a sorprendernos con la canción "la muerte no es el final", que en España se utiliza para rendir homenaje a los soldados muertos en las distintas contiendas. Pepe Fuentes aprovechó el pase por televisión de "El día de la bestia", para hablar del cine de Alex de la Iglesia. Javier Gordillo nos invitó a boniatos y nos hizo una carrillada con toda la imaginación, el sabor y el buen humor del que siempre hace gala.
Lo dicho, un fin de semana lleno de sorpresas, pero ya decía aquel que "La vida es la constante sorpresa de saber que existo".miércoles, 4 de noviembre de 2009
Historia introductoria del 31 de Octubre
lunes, 2 de noviembre de 2009
Un cartógrafo en el Laberinto
En la escuela me dijeron un día –no recuerdo ya quién fue, pero estaría de paso-, que era más difícil saber preguntar que saber responder. Yo, ufano con los sobresalientes que me guardaba en el bolsillo cada vez que decía lo que debía, no entendí entonces ese consejo, claramente contrario a lo que allí se practicaba.
Pero veo hoy en televisión a una persona que se tendrá a sí misma por periodista, encarar a otra y espetarle: -“Entonces, ¿después de la tempestad viene la calma?”
La mirada del entrevistado no sabe si tomar el camino de la indulgencia o el del desprecio. Pero yo reconozco, una vez más, bajo la apariencia del que busca una cierta verdad, a otro terrible Empequeñecedor de Mundos. Uno de ésos que, para mantener una conversación siempre tiene en cuenta que no hay que buscarle los tres pies al gato, ni meterse en camisa de once varas, sobre todo si convenimos en que todo el pescado está ya vendido y, por tanto, no hay más leña que la que arde.
Es en momentos así, cuando se echa especialmente de menos a personas como Juan Antonio Ramírez, que murió el pasado Septiembre.
Yo lo conocí, como a tantos otros que vendrán esta temporada por La Librería, porque vive en una de las baldas de mi estantería. Desde allí se empeña, aún hoy, en confirmarme que, como decía Robert Graves, el poeta siempre tiene una pregunta más. Y otra después.
Juan Antonio Ramírez es –y no utilizo el pasado, por la virtud de los libros-, un Teseo capaz de manejar treinta hilos de Ariadna para hacerse una bufanda mientras sale del Laberinto. Un paseante que disfruta encontrando una piedra y preguntándole sobre su aspecto estético, sabiendo que obedece a diez mil años de historia y geología. Una abeja obrera que liba en cien flores distintas para fabricar un polen con el que nutrir artísticas hambres incipientes.
Si Duchamp fue alguna vez, para mí, el artista más revolucionario del siglo XX, lo fue gracias a “Duchamp: el amor y la muerte, incluso”, un libro tan exhaustivo sobre su obra que casi se convierte en uno más de sus habituales manuales de uso.
Y si Picasso no dejó de elevarse ante mis ojos, se debió, en parte, a las observaciones que Juan Antonio desarrolló, con pluma de mercurio, en el capítulo “Historia de unas lágrimas”, que incluye el libro “Corpus Solus”.
Pero hubo –hay-, mucho más en cada uno de esos textos y en otros artículos que, dispersos aquí y allá, entreveraban revistas de arte y en las que, siempre, destacaba su manera sencilla de reunir, en un mismo espacio, al murciélago y al pupitre de Alicia.
Así que hoy, en tiempo de Santos y Difuntos, vaya un lamento por su pérdida, al tiempo que un brindis por su ejemplo. Yo, por mi parte, apostaré por seguir pensando que la costa no es redonda, que una dendrita y un cocotero deben tener algo en común más allá de su número de letras, y que el arte no es más que un juego de preguntas encadenadas a las que sienta mal el eco.
Eso sí: asumiré que, en lo sucesivo, no me van a poner más sobresalientes.
Nono Granero
-Duchamp: el amor y la muerte, incluso. J.A. RAMÍREZ. Ed. Siruela, Madrid, 1993.
-CORPUS SOLUS. Para un mapa del cuerpo en el arte contemporáneo. J.A. RAMÍREZ. Ed. Siruela, Madrid, 2003.